Al final de esta entrada perderás el miedo a la oscuridad… o al hombre del saco… o al marketing —sobre todo al content marketing.
La palabra marketing hace que muchos nos sintamos intimidados. De algún modo, se ha convertido en un dios mitológico omnipresente e implacable, siempre dispuesto a lanzarnos relámpagos si no lo veneramos y no le hacemos ofrendas a su poder y grandeza.
Es una palabra que muchas veces produce ansiedad, porque casi siempre pensamos que no lo hacemos bien… o que no sabemos hacerlo… o que no estamos al día sobre las últimas tendencias… o que no las adoptamos con celeridad… o que no nos hacemos oír… o que no somos tan cool.
El marketing, hasta ahora, ha sido el terreno divino de una élite creativa, no de los simples mortales como tú y yo.
El marketing es como hombre del saco con Ray-Bans.
Pero, al final de esta entrada, eso será diferente. Habrás desnudado el mito y domado a la bestia.
¿Suena bien? Empecemos entonces.